Hospedada en el hotel Decameron, excelente resort y habitaciones muy acogedoras. Cuenta con 3 restaurantes, siendo uno buffet. Ojo, la isla no tiene agua potable, por lo que sólo se recomienda beber "las bolsas" de agua que hay en los frigobar y que no tienen costo. Cabe destacar que la cadena hotelera Decameron tiene en la isla al menos 5 hoteles, por lo que el traslado entre hoteles no tiene costo y uno puede utilizar todos los servicios en cualquier hotel (salvo pasar la noche sólo en el hotel en que uno reservó). También acá todas las noches había show de entretenimiento (baile, canto, grupos de música calypso y reggae).
Tomamos un tour a la Isla Johny Cay en el hotel por un valor de aproximadamente 20 dólares por persona. Arena blanca, palmeras, aguas turquesas........ la temperatura del agua muy agradable para quien va desde el "sur del mundo" en donde uno mete un pie al mar y duelen todos los huesos. Estuvimos acá aproximadamente 4 horas. Uno aquí puede tomar tragos y almorzar, arrendar quitasoles y otros servicios, pero TODO tiene un costo aparte del tour.
Otro tour fue al Acuario cuyo traslado es sin costo desde el muelle del hotel Marazul. Maravilloso!!!! Allí arrendamos snorkel (1 dólar) para bucear y ver la infinidad de peces de colores que se acercan y uno casi puede tocarlos. También tomamos una lancha con fondo de vidrio (por 5 dólares por persona) que nos llevó a ver los corales, peces, erizos, entre otros. Hasta vimos manta rayas!!! La lancha se detiene unos minutos y uno puede darles migas de pan a los peces que se acercan. También caminando se puede cruzar a otro islote llamado Rose Cay.
El hotel da el servicio a los pasajeros de un tour de compras. Nos llevaron al centro de la ciudad (que queda más o menos a 10 minutos del hotel) y como la isla es "puerto libre" los precios son bastante convenientes. Los perfumes son muy baratos, lo mismo que los artefactos eléctricos. Uno encuentra de todo, desde ropa a zapatillas por ejemplo de marcas reconocidas.
Lamentablemente en febrero las mareas están bajas así es que el famoso "hoyo soplador" no pudo dar su espectáculo de lanzar el agua hacia el cielo. No faltará otro viaje para ver más maravillas de la isla que no alcanzamos a disfrutar.
Mención aparte quiero señalar a una pareja de compatriotas, Luisa y Luis, a quienes conocimos en el aeropuerto de Bogotá cuando recién estabamos iniciando nuestras vacacioens y que habían tomado el mismo programa vacacional que nosotros. Muy simpáticos y amables con quienes compartimos experiencias y datos. Espero verles en Osorno !!!
Lo vivido en este viaje fue genial!!!! Saqué muchas fotografías y tomé videos que me permitirán recordar siempre este viaje.
buenooooooooo
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